Monday, July 26, 2010

Leyendo lo que mis papás leen.



Miguel Ruiz, Victor Frankl, Ernesto Lammoglia, Jorge Bucay, todos ellos comparten un estigma: son los autores que leen mis padres. Y es que lo que pasa es que ellos lo que buscan es literatura de autoayuda, de superación personal, y es un género que personalmente detesto, por su escaso valor literario y sistemático (al usar esta palabra quiero decir que todo lo que el texto trate de expresar esté enmarcado dentro de una superestructura de pensamiento, dentro de un sistema articulado y coherente). O simplemente lo que pasa es que me predispongo como el adolescente que trata de parecerse lo menos posible a sus progenitores.



Ocurrió pues esta contaminación de prejuicios al iniciar mi lectura de Los Cuatro Acuerdos. Y no era para menos. El libro no ofrece una bibliografía de respaldo, por lo que no podemos acreditar si los datos ahí contenidos son fidedignos, aunque eso sí, aparece una larga sucesión de agradecimientos con nombres que en su mayoría nos parecen extranjeros.


Igualmente la sabiduría tradicional, al carecer de bases científicas y una evolución dialéctica, sino que se basa en dogmas y en experiencia empírica (muy valiosa, eso sí, pero ciertamente no por sí sola) pues igualmente no nos ofrece datos realmente reconocibles.

Me declaro admirador de la cultura prehispánica, como un saber desaprovechado, poco estudiado y de la cual muy pocas veces se le encuentra un valor significativo y práctico. Es de aplaudirse la intención del dr. Ruiz de encontrarle ese valor. Pero no sé…

Los cuatro acuerdos son frases muy sencillas, por no decir obvias para encontrar el equilibrio interior. Es verdad que de tan evidentes son tomadas pocas veces en cuenta, y que llevarlas a la práctica es lo mas difícil del mundo.

El primer acuerdo Se impecable con tus palabras. Es cierto que el mayor poder del hombre y probablemente lo que mayormente lo diferencia de los animales es la palabra. Con la palabra uno puede crear o destruir, modificar, influenciar, hacer feliz, entristecer, es realmente un arma poderosa. Usar el lenguaje correctamente es lo que propone el doctor Ruiz.

El segundo acuerdo No te tomes nada personalmente y el tercero No hagas suposiciones bien pueden ser uno solo, pues están altamente relacionados. Son probablemente los mas difíciles de ser llevados a cabo en la vida diaria, puesto que no podemos evitar percibirnos como el centro de atención, como si el mundo girara en torno a nosotros, puesto que somos nosotros los que percibimos. Es algo difícil de evitar, es lo que en algún lado Noam Shomsky llama el problema de Platón.

El cuarto acuerdo Haz siempre lo máximo que puedas es el que llevo siempre a cabo, pero es que soy Salieri, mi máximo esfuerzo no sirve de mucho, por mas que trato no puedo hacer algo que valga realmente la pena. Sigo haciendo la lucha, quizá algún día pueda…

Sunday, July 11, 2010

Acerca del espacio, el tiempo y las demás dimensiones.



Hace algún tiempo, cuando contaba con alrededor de 16 años, solía escribir en cuadernos Scribe pequeños un montón de desvaríos que podrían ser el equivalente a lo que es este blog en aquel momento (no fue realmente hace mucho, estamos hablando del año 2003, sin embargo yo no estaba en contacto permanente con la tecnología, la conexión a internet en mi casa era de 128 Kb, el sistema operativo era Windows 98 y para bajar una canción de 3 minutos había que esperar alrededor de una hora para que se completara, estábamos en un momento en que los CD y las revistas tenían valor como objetos todavía).

Entre mis primeros textos, había algunas reflexiones acerca del espacio geométrico y las dimensiones, reflexiones inspiradas en un curso de teoría del arte impartido por el maestro Antonio Ochoa en febrero de 2003. Ese escrito sólo ha sido leído por otra persona aparte de mi mismo hasta ahora, el filósofo Alfonso Aguirre y al comentarlo me dijo que eran ideas interesantes. Sin embargo, ese cuaderno se empolvó y sigue acumulando polvo hasta ahora y son pocas las veces que lo reviso.

No volví a pensar en el tema hasta un par de años después cuando mi papá me obsequió un libro del escritor argentino favorito de todos, Jorge Luis Borges, nada menos que el libro que ilustra el encabezado de esta entrada, titulado "Obras, reseñas y traducciones inéditas". Es un libro que compendia los primeros escritos de Borges en el periódico argentino Crítica, y la verdad es que se nota que es un Borges muy joven el que escribe.

Pues bien, entre los primeros capítulos del libro aparece un ensayo bastante parecido a ese escrito mío que mencioné, algo que me sorprendió gratamente. Sin embargo, eso implicaba que mis ideas no eran originales y que ya habían sido formuladas anteriormente.

Anoche, en esas horas de insomnio en la que el internauta que hay dentro de mi se sumerge en el universo hipertextual de Internet descubrí un video que va aún mas allá que Borges y que explica todo aún mejor. Este video está basado en el primer capítulo del libro "Imaginando la décima dimensión. Una nueva forma de pensar acerca del tiempo y el espacio" de Rob Bryanton.

Toda esta palabrería era para introducirlos en este video. Ojalá disfruten y reflexionen.

Imaginando la Décima Dimensión.



Wednesday, July 07, 2010

Cartel Bicentenario.



He aquí mi propuesta para el concurso de cartel que conmemora el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana.

Para el fondo se escaneó un papel viejo y se le agregaron algunos filtros y brushes en Photoshop CS3 para que luciera mas atractivo y contrastante. Esta textura cuando se utiliza en medios impresos resalta por su belleza y por su significado metonímico al referirnos al pasado y a lo clásico, y esos son los fines que pretende.

Se ilustraron los extremos izquierdo y derecho del cartel con dibujos a lápiz de personajes representativos de la historia mexicana no importando si éstos son considerados héroes o villanos en nuestra historia.

El contorno de nuestro país es realmente icónico. Resalta por su belleza y forma única que lo hace rápidamente distinguible. Es, junto con el contorno del territorio italiano, probablemente el único país que puede presumir de que hasta la forma de su territorio es altamente representativa. Se decidió utilizarlo y amalgamarlo con la figura y textura del plumaje de un águila real, animal que aparece tanto en nuestra bandera como en nuestro escudo nacional, y que por lo tanto también tiene una alta representatividad icónica. Juntas, estas dos figuras realzan nuestra identidad como mexicanos.

Para finalizar, utilizando la tipografía AngelicWar se escribió la leyenda “200 años de libertad” que es la cantidad de años que tenemos como un pueblo independiente y con identidad propia.